Criadero Pachacama, la herencia que dejó Jorge Catán Kort
- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2018.
Dirigente, criador y motivador. Así era don Jorge Catán Kort, quien en febrero de 2017 nos dejó para partir a los corrales celestiales, desde donde hoy vela por la crianza que su hijo, Víctor Catán Dabike, mantiene en el Criadero Pachacama, un plantel que nació hace más de 60 años.
Es justamente Víctor Catán quien nos entrega su testimonio del legado de su padre: "Mi papá partió criando caballos chilenos en 1948 en Rabuco, en la zona de Hijuelas. Ahí partió porque un señor, don Felidor Cubillos, lo metió en el rodeo, y su primer caballo de exposición se llamaba Guanay Atájalo, que lo compró en un remate de la Tattersal, y que fue el padre del caballo estrella que tuvo mi papá, que se llamaba Bellotal Polvareda (Atájalo y Remolienda), y en el cual fue finalista en el Champion de Chile, y se ganaron varias veces el Rodeo de la Quinta Normal", cuenta Catán.
El actual vicepresidente de la Federación del Rodeo Chileno dice que su papá era un gran jinete y probablemente mejor dirigente, aunque por sobre todo era un motivador. "Su vida corralera estuvo marcada porque corrió junto a sus primos Alberto y Oscar Catán. Después por la Reforma Agraria, se fue a Choapa, donde estuvo unos años, tras lo cual estuvo en San Vicente de Tagua Tagua y Osorno, donde corrió por ejemplo con Alberto Álvarez, Julio de La Fuente, el 'Flaco' Vargas, de Salamanca", narró.
"Estuvo metido en el Tribunal de Disciplina de la Federación del Rodeo, fue director de la Asociación Coquimbo, y siempre estuvo ligado al rodeo de alguna u otra forma, y una de las gracias que tenía era la capacidad para involucrar a personas que no tenían que ver ni con la crianza ni con el rodeo. Tenía una magia para involúcralos, y como ejemplo está mi primo Diego Kort", añadió Catán.
Sobre lo que tuvo don Jorge en su criadero, Víctor Catán cuenta que "a mi papá le gustó criar la línea del Colibrí, porque era muy amigo de Ángel Caballero, dueño del potro, y él le regaló un potro que se llamaba Farrero en Domingo, y con él tuvo muchas crías, tuvo en sus manos al Salteador, no era fanático de Estribillo pese a que la mitad del país le gusta".
"Buscaba correr, pero también le gustaban los caballos de mucho sello. La idea de mi padre es que tuviesen las dos gracias, que fueran buenos y bonitos, y eso creo que lo logró. Por la diferencia de edad con él, llegué un poco tarde a ver lo que él hizo, pero alcancé a tomar el Criadero, y ahora buscamos que siga para tener cuatro o cinco crías al año, porque no queremos que se nos agrande mucho el cuento", añadió.
Sobre la pega en el Pachacama, Víctor Catán contó que "hicimos una limpieza de bastante grande caballos que no estaban en competencia y empezamos a buscar reproductores de afuera, así es que estamos reproduciendo unos hijos del Chicharrón, unos hijos del Fraile, y ya tenemos bastantes caballos nuevos que ya están en etapa de salir a correr, así es que aspiramos a formar un par de colleras del Pachacama, que hoy no las tenemos y sería lindo poder correr una Serie Criadores así".