Anuario 1964: Grandioso homenaje a la guitarra

El Anuario de 1964 de la Asociación de Criadores de Caballares incluye un artículo dedicado a la guitarra, a propósito del acto realizado durante un clásico universitario del fútbol chileno.

Revisa la transcripción de la nota.

GRANDIOSO HOMENAJE A LA GUITARRA

Mientras 80.000 espectadores escuchaban con emoción el homenaje que en el Estadio Nacional le rendían las Universidades de Chile y Católica con ocasión de su clásico diurno, parecían vibrar con mayor intensidad las estrofas de Hernán Cañas, que así cantan a la guitarra:

Hoy la guitarra suena

con un sonido extraño

de regimiento en marcha,

de río desbordado;

y en las delgadas cuerdas

que pellizcan las manos

¡el corazón de Chile

es el que está sonando!

Como un homenaje más a la noble compañera de nuestras fiestas criollas, agregamos estos versos del folklore que gentilmente nos proporcionara Raquel Barros Aldunate.

VERSO POR LA GUITARRA

(Del Folklore)

I

Es delgada de cintura

y de pescuezo muy largo;

las caderas, sin embargo,

tienen muy linda figura.

Quita al triste la amargura,

las penas y el padecer,

les da alegría y placer

a los fieles amadores,

y en todas partes, señores,

hay sin lengua una mujer.

II

Seis dientes en la cabeza

Ostenta esa dama bella;

mas, si tiene dientes ella

no son de naturaleza.

Hace olvidar las tristezas,

las desdichas y el pesar;

si la llegan a tocar,

aquí los dejo advertidos,

que lengua nunca ha tenido

y en la boca sabe hablar.

III

Es joven muy estimada

del rico como del pobre;

en su cuerpo tiene cobre

y de nadie es depreciada.

Sale muy acomodada,

los corazones ablanda,

aunque mil tormentos pasen

y el día en la usasen

no tiene pie, pero anda

IV

En cualquiera reunión

la verán que está presente

entusiasmando a la gente,

dándole gran diversión.

Su belleza y atracción

a todos puede encantar;

cuando sale de su hogar

anda por todos lugares,

cruza los inmensos mares

si otra la hace caminar.

Despedida:

Al fin, con grande armonía

se halla en verano e invierno

la protege el Padre Eterno

por sus bellas melodías.

Al triste le da alegría;

en su hermosura es bizarra;

mucho estima al que la agarra

con su sabio proceder,

todos la han de conocer

porque su nombre es guitarra.