Alberto Vargas Roco vuelve a incursionar en la Rienda para cosechar triunfos
Es de los Roco de Talca, y Alberto Vargas Roco lo dice con orgullo, reafirmando su ancestro corralero desde su abuelo en adelante.
Antes, bastante tiempo atrás, Alberto Vargas Roco movía a la Rienda, pero lo dejó para incursionar en el rodeo, claro que ahora está retomando esta vieja pasión y ya está cosechando logros, como aquel Primer Lugar obtenido en esta disciplina a fines de septiembre, en un rodeo organizado por el Club Villa Alegre (Asociación Linares), al sumar 24 puntos en Ronquido Talquino.
De aquello conversó con Caballoyrodeo.cl, expresando: "Tengo unos caballos nuevos y me decidí a probarlos y el que mejor me ha resultado es el Talquino. Es hijo del Codiciado por Rosquero y de la Talquina. Se está corriendo también; lo corre Jaime Roncagliolo y si no le escapo, tiene 9 puntos y requisito".
Añadió que en la Rienda lo ha visto bien, rápido, "pero le falta todavía porque es primera vez que se mueve. Pero creo que tiene condiciones. Voy a seguir moviéndolo y tengo otro caballo más que espero moverlo este fin de semana en el rodeo de San Clemente también".
Al consultarle a qué se debería que tan pocos jinetes muevan a la Rienda actualmente (el pasado fin de semana, 6 y 7 de octubre, no se presentaron binomios), contestó: "No sé exactamente la razón, pero la gente ha dejado un poco de hacerlo. Yo encuentro bonito el Movimiento a la Rienda y movía harto antes. Pero también como que había dejado un poco de hacerlo y ahora, incentivado por mi familia, por mi hijo, quiero volver de nuevo a sacar caballitos para la Rienda. Y como ahora ya no castigan tanto el rabicheo en los caballos, es más fácil".
Agregó que tiempo atrás movió varios caballos, mucho antes que existieran los clasificatorios, y que no pudo llegar al Nacional.
"Pero ahora la idea es completar un caballo y llegar a los clasificatorios, quiero ir probando a ver cómo me resulta. Las pruebas más importantes, a mi juicio, son la Vueltas sobre parado, la Entrada de patas; son las que más cuesta hacerlas. Pero hay que tener mucha paciencia; es ahí donde se ocupa más tiempo porque el caballo hay que trabajarlo mucho para no pasarlo de revoluciones. Hay, más que todo, andarlo; entonces uno necesita dedicarle harto tiempo", afirmó con autoridad.
Y reiteró que tiene 53 años y que ha sido de a caballo toda la vida, añadiendo: "Soy de familia corralera; de mi abuelo parte nuestra sangre corralera, de los Roco de aquí de Talca. Una sangre antigua que existe en esta zona".