Criadero Negrete El Peumo también tuvo su tarde de gloria

En aquella tarde histórica que se vivió el domingo 11 de marzo en la Monumental de San Carlos, donde Gustavo Valdebenito y Luis Fernando Corvalán estamparon sus nombres en el Rodeo, al ocupar los tres primeros lugares del Clasificatorio Centro Sur II, hubo un hombre que también celebró silenciosamente.

Se trata de Gabriel Lastra Fonseca, quien puso sus caballos Copaquiri y Rebuscado en manos de los victoriosos jinetes del criadero Peleco, y éstos les respondieron con el Tercer Lugar de la tripleta que consiguieron en San Carlos.

Esperando saludar a los Campeones, el  dueño del criadero Negrete El Peumo, conversó con Caballoyrodeo.cl sobre esta actuación que indudablemente valoriza aún más a sus ejemplares.

"Estamos también celebrando gracias a los jinetes y a la preocupación de todo el equipo, los trabajadores  que están constantemente a cargo de los caballos, que están preocupados por ellos. Son caballos de la casa criados por nosotros; uno, el Copaquiri, es hijo de Don Adelino (Altanero) y la Ranchera (Borrachito). Y el Rebuscado  es hijo del Norteño (Esperando) en la Doña Clara (Caicavilén), en la línea del No Me toques", resaltó.

En cuanto a la forma en que se produjo el hecho que  Gustavo Valdebenito y Luis Fernando  Corvalán corrieran sus caballos, clasificándolos para Rancagua, señaló: "Somos amigos de muchos años con Gustavo, desde lolos. Son amigos con mi hijo Diego de toda una vida. Nosotros vivimos en Iquique, el criadero lo tenemos en el Sur y Gustavo  lo ve y está preocupado por el criadero. Es como si fuera suyo; aparte hay una gran amistad, así que no es una casualidad".

Con palabras muy tranquilas comentó el desempeño de sus caballos en la medialuna, expresando: "Es una bonita satisfacción y es algo que no es fácil que se pueda dar. Así que estoy muy agradecido de todos".

También nos contó que lleva diez años criando, siempre en la localidad de Negrete, donde están las instalaciones del criadero.

"Nosotros, por razones de trabajo, vivimos en Iquique desde el año 92. El campo es un pasatiempo, una entretención y he tratado de criar como se pueda los caballos. Hace diez años partí criando; yo tenía un gran amigo, que en este momento no está, Antonio Bathich. A él le compré los primeros vientres, los primeros reproductores; ahí me fui armando. Todo nació porque tengo un hijo, Diego,  que le gustaba correr. Ahora no lo está haciendo, porque está en la Universidad. Por eso se ha alejado un poquito de los caballos, pero yo creo que en dos años más podría empezar a disfrutar a los caballos de la casa", acotó finalmente, tras lo cual esperó pacientemente saludar a los Triples Campeones de San Carlos, que le permitieron también disfrutar de ese domingo de gloria.