La Guatana, el Primer Contacto

Por Vicente Pérez

No se sabe a ciencia cierta de los orígenes de esta herramienta, aunque basta con apreciar cualquier ilustración antigua de vaqueros o indios, o de la conquista de Arauco, para apreciar que ya se usaba como bocado en los caballos, incluso Rugendas repara en este bocado en las ilustraciones de araucanos montados.

En efecto, en el primer proceso de domesticación del caballo, más precisamente en la amansa o doma, aparece esta correa llamada 'guatana'. En este período está manufacturada  de preferencia de cordel de algodón, desde donde se cuelgan las riendas de amansa. Dichas riendas durante la doma no se accionan, debiendo el amansador sujetar el chúcaro solamente desde el bozal del cabestro, cuidando así desde los inicios la boca del caballo.

Posteriormente viene la segunda etapa, conocida como el abecedario,. Ahí el caballo nuevo comienza a andar a camino. Solo allí el adiestrador comenzará a trabajar la boca de este sujetándolo de las riendas, accionando así la guatana que ejercerá presión sobre el hocico del equino. Esto se complementa con ordenes verbales típicas del 'chitar' al 'manco' al detenerlo aflojando la presión de las piernas o ayudas; lo inverso será al invitarlo a avanzar en donde el cuerpo juega un papel fundamental debiendo desplazar el tronco hacia adelante a la par de juntar las piernas con el sonido característico de vamos. (¿Se ha preguntado usted cómo se puede escribir el 'arre' a la chilena que es una especie de letra 'p' chupeteada para adentro, que no es pá; tampoco decimos arre, ni ehaaaa..., como los gringos?. Bueno, usted entiende)

Bien, así, lentamente el caballo en aprendizaje comenzará a entender en sus primeros pasos la relación con su jinete tras aprender el alto y el vamos al tiempo que va desplazando su centro de equilibrio para amoldarse a este nuevo peso que es el jinete.

Especialmente delicado es este proceso, pues de la suavidad con que se ejecute dependerá la calidad del caballo, si será un caballo obediente y dócil, o un manco áspero y duro de boca.

La guatana será compañera de largas sesiones, estará junto al caballo en sus inicios hasta más o menos los tres años y medio. De ahí en adelante el caballo comienza a probar el bocado de fierro, de preferencia una frena liviana de mueso corto, que será puesta alternadamente con la guatana. Al principio se usará con el caballo amarrado para que la vaya tomando, o tascando, hasta que entregue señales de que la ha asimilado. La señal más clara es cuando comienza a verse espuma de saliva en su boca, pero realmente la seña definitiva es la ?baba? larga y retráctil, seña inequívoca que el manco tomó el bocado.

 Después de la guatana, el caballo tomará con facilidad los fierros.

Los 'antiguos' nunca enfrenaban un caballo nuevo para salir con él al campo. Primero eran varias sesiones de ponerle la frena y posteriormente salir de guatana, hasta que el caballo daba señas de aceptar el bocado de hierro, solo ahí salía el jinete a campo para recordarles todos los ejercicios, como abrir puertas, cambios de manos y tiempos, troyas, entradas de patas, parar y retroceder, ahora con el nuevo instrumento en la boca.

Pero la guatana acompaña por toda la vida al caballo, pues es reconocida como la mejor herramienta para trabajar suavemente un equino. Ella no le hace daño, es cómodo para el jinete y el caballo y permite ablandar un duro sin daños mayores. Todos los beneficios de este instrumento los cosecha posteriormente el bocado de hierro, haciendo que el caballo necesite menor acción del bocado al estar blando o mejor dicho en equilibrio, asumiendo esto como el principio del 'cubierto', que en la equitación clásica consiste en un caballo bien puesto en las patas o recogido, entendiendo que éste es un resorte que se recoge o sustenta en su tren posterior merced a la reunión del tren anterior por la acción de la riendas.

Existen varios tipos de guatanas y sus usos dependen de las escuelas de los arregladores. Cabe mencionar que todos, sin excepción las usan según el caballo habiendo corceles más dóciles de boca y otros sencillamente duros como un tren.

La más frecuente de ver es una punta de lazo trenzado o torcido con el que se hacen dos círculos pequeños, bajo estos círculos se ubica un trozo de goma y algunos, incluso, le agregan argollas para colgar las riendas. Estos dos círculos se ponen en la boca del caballo amarrándose la punta al lado derecho del cabestro.

Los arregladores sostienen que el lazo se ablanda con la saliva del caballo haciéndolo muy cómodo y suave para él.

Otro tipo de guatana es de cordel de algodón, siendo más usada en los primeros pasos. También están las de cuero crudo, que se venden en los rodeos, que son desestimadas por los arregladores más tradicionales. Finalmente están las de quilina trenzada, o pelo de cola de caballo, que sin duda son las más bravas. Estas son negadas por la mayoría de los adiestradores, pero es frecuente encontrarlas al fondo de las cajas de aperos y se guardan para los ultra duros o para apurar el trabajo cuando hay mucho caballo en pesebrera.

La guatana, al igual que cualquier bocado, debe ser usada con responsabilidad y mucho tino. Sabido es que el caballo que se puso duro es por algún factor de molestia o rebeldía a algún ejercicio o dolor, o sencillamente porque está fuera de equilibrio. Por ello es importante que el jinete sepa detectar los problemas del caballo a tiempo debiendo evaluar también su tipo de jineta o modo de sentarse en la montura, pues es frecuente que sea el mismo jinete quien monta mal ocasionando la respuesta negativa de su caballo, y ahí el problema no está en la boca, pues no será blando nunca un caballo que recibe una mano pesada o un mal jinete que no se aploma en la montura sacándolo de su equilibrio.

Para terminar un consejo de antiguos: "cuando se acaba el conocimiento empieza la diablura, aparece el palo y el fierro más pesado".

Atendiendo lo anterior, converse con sus amigos o arregladores de trayectoria antes de usar el bocado equivocado; si no, continúe con la guatana, su caballo se lo agradecerá.