En el Anuario de 1994 de la Federación del Rodeo Chileno fue publicada esta entrevista a Francisco Romo Lira, ex director de la institución.

Revisa la transcripción de la nota:

Francisco Romo Lira: "La amistad está por encima de muchas cosas"

Con muchos rodeos en la montura, añora el carácter festivo de los de ayer y reconoce que este deporte ha comenzado a profesionalizarse.

"Tengo poquito menos de cien años de edad. De esos, 99 los he pasado metido en el rodeo".

Esta es una de las tantas frases que retratan de cuerpo entero a Francisco Romo Lira, ex director de la Federación del Rodeo Chileno.

Casado con doña María Catalina Gómez Auger y padre de un hijo, ese hombre de aspecto bonachón y campechano lleva muy pegado a su piel ese afecto inamovible por nuestro deporte, Por lo mismo y amparado en esa pasión que le pinta hasta el alma, se siente a sus anchas hablando de todas aquellas facetas que componen nuestra principal actividad corralera. Retrocediendo en el tiempo, según cuenta don Pancho, allá por el año 1955 comenzó a ganarse esta gran vinculación con su deporte predilecto.

"En aquella ocasión se presentó la oportunidad de poder hacer del rodeo un deporte nacional. Un grupo de personas comenzamos a trabajar para que nos reconociera el Comité Olímpico de Chile y así formamos la Asociación de Huasos de Chile. Pero la Federación también estaba interesada y nos ganó esa posibilidad. Nosotros sólo contábamos con la personería jurídica del Club Ñuñoa. En cambio,  ellos tenían las de Rancagua, Los Andes y otras más. Al ser reconocida la Federación por parte del Comité Olímpico, decidí renunciar a la Asociación de Huasos y trabajar con la Federación. De manera que me vine a la Asociación Santiago, de la cuel fui presidente durante muchos años".

Echando mano a su experiencia, don Pancho Romo encuentra que lo más relevante que ha podido apreciar es el sentido de justicia que la Federación ha querido incorporar al rodeo.

"En este deporte hay una sola categoría, en la cual entramos todos. Y compite todo aquel que tenga un caballo arreglado y en condiciones de competir. No hay ninguna cosa que se lo prohíba", enfatiza.

A la consulta clásica de si el rodeo es un deporte caro, entra en las quinchas de inmediato: "Según como lo mida. Si lo hace a través de los grandes criaderos, con mucha infraestructura y varias colleras en la cancha, lo es. Pero también se puede correr vacas modestamente. Y como el reglamento que tiene la Federación es igual para todos, se puede competir con ellos si uno está de a caballo".

Para prueba un botón: su caso personal.

"Yo era agricultor, trabajaba en el campo. Mi hermano era farmacéutico. Teníamos un camión para llevar los caballos y contábamos con la ayuda de un cabro que era el petisero. Mi hermano se iba en el auto o en una camioneta con los fardos de pasto para los animales, y con las señoras nuestras que nos acompañaban al rodeo. Así salíamos a los champion en casi todo Chile. Ibamos a Los Angeles, Vallenar. Alojábamos en los mejores hoteles y no nos salía tan caro, como que no se pudiera hacer o que resultara imposible financiar el viaje. Contábamos con dos colleras mixtas (yegua con caballo y yegua con potro) y premiábamos bastante. Competíamos con todo el mundo"

FIESTA Y PROFESIONALISMO

No obstante, reconoce que ese estilo le daba otro cariz al rodeo.

"Sí, antes era otra cosa. Era una verdadera fiesta; ahí estaba la gran diferencia. Ahora más bien es una competencia, pero, en todo caso, la Federación sigue peleando para que esta competencia sea lo más justa posible".

Asimismo, frente a la interrogante de si estamos asistiendo al nacimiento de verdaderas empresas corriendo, versus jinetes sin ningún apoyo externo, expresa que cada vez se hace más difícil destronar a esos conglomerados.

"Hay unos que corren por deporte y otros que lo hacen por un sueldo, y aunque en el reglamento se señala que este es un deporte amateur y no podría correr una persona que esté viviendo de eso, en la práctica se dan estos casos. Que este deporte se haya convertido en el segundo en tener mayor cantidad de espectadores y participantes, ha llevado a que las cosas sucedan así. Se ha profesionalizado mucho. Pero ahí está lo bueno de esta competencia, porque uno puede ser el más pobretón y ganarle al que invierte millones en esto. Siempre habrá esa posibilidad y el resultado lo determinará la calidad del rodeo, el público y el jurado. Por sobre todo, interesa que uno esté con un caballo presentable y en condiciones de correr…, aunque parece que cada vez va a ser más difícil superar a los más poderosos"

Sin embargo, a pesar de ese pronóstico, piensa que ese profesionalismo que se está advirtiendo en las medialunas no matará el espectáculo.

"Pero el problema estriba en que no es uno o dos los jinetes que poseen dichas características. Han salido varios y se va conformando una categoría especial y resulta cada vez más difícil competir contra ellos. Afortunadamente, la Federación se ha mantenido muy firme en el sentido de señalar que dentro de la medialuna los que están a caballo son todos iguales: no hay especialidades. Tal vez, más adelante podría llegar a existir primera y segunda categoría. Habrá que esperar qué suceda al respecto", indica.

REEMPLAZOS EN CAMINO

En cuanto a los jinetes que se desempeñan actualmente, sostiene que los hay muy buenos, "y que de atrás vienen muy buenos también. En ese sentido, podemos estar confiados del presente y del futuro de nuestro rodeo".

Y al aludir a los rodeos universitarios como canteras de donde salen nuevos exponentes, manifiesta que "todo sirve. Claro que estos cabros se aceleran en demasía. Creen que por participar en uno de estos torneos ya están listos para correr el Champion de Chile. Está bien como lo hacen entre universitarios, pero no corresponde que deseen de inmediato permiso para correr, por ejemplo, en un clasificatorio. Eso no puede ser. Tienen que ir quemando etapas y pasar por el filtro o el harnero".

Respecto a cabalgaduras y a cierta aprensión por el excesivo número de potros que están compitiendo, algunos de ellos bastante lejanos de las medidas estándar de la raza, señala que hay criadores que miran a su ejemplar en función del deporte. "Si ataja es bueno y si es bonito mucho mejor. Para ellos, aunque sea bonito, si no ataja no sirve. Pero, por otra parte, han salido animales que son excelente reproductores. Excepcionalmente buenos como el "Estribillo". De los potros que ha habido en Chile, ninguno ha dado la calidad y la cantidad que ha entregado este reproductor. Pienso que con el tiempo se va mejorando la sangre y se va formando un caballo mejor. Es bueno destacar también que, en ese sentido, los grandes criaderos ayudan a fomentar la crianza y a sacar mejores ejemplares".

Prácticamente ya cruzando el umbral del siglo XXI, don Pancho cree que el rodeo se ha ido adaptando a los tiempos, adecuándose a la tecnología. A todos los avances. "Sí, porque el que se queda atrás se muere. Tenemos que seguir avanzando. Mire usted, la Federación empezó a funcionar en un cuartucho, luego llegamos a una péquela oficina y ahora ocupamos estas magníficas dependencias. Siempre ha ido buscando las mejores cosas y una mayor calidad. Otro ejemplo es el fundo que la Federación tiene. Lo compramos hace años y no servía para nada. Era pura zarzamora. Ahora es una joya, gracias a la labor desarrollada por Leonardo García, miembro del directorio. El ha efectuado una gran labor, la que ha sido plenamente reconocida".

Finalmente, tocando directamente en lo personal, y sin pensarlo mucho o darle demasiadas vueltas, enfatiza que el rodeo le ha dado más alegrías en todo sentido que tristezas.

"Me ha tocado luchar mucho por él, pero también me ha permitido tener buenos amigos, hacerme de gente conocida. Ver la realidad de esta actividad corralera en la medialuna misma, en la cancha, donde se aprecia mucho mejor que desde afuera. Aquí en la Federación, en los años que llevo, siempre se ha mantenido un concepto de amistad entre los que formamos la directiva. Eso está por encima de muchas cosas".