"Palabras de Punta y Taco" es un texto de Rubén Campos dedicado al huaso, que fue publicado en el Anuario de 1976 de la Asociación de Criadores de Caballares y de la Federación del Rodeo Chileno.

A continuación te presentamos la transcripción de la nota:

Venido de Juan y María, el huaso en nuestro largo país es como el trigo en el pan y la uva en el vino. Amanece con el canto del gallo o con la última estrella. Teme al cielo, pero ama la tierra por sobre todas las cosas.

Su vida es tranquila como horno de barro. Su pasión, un caballo color cobre y rocío. Su muerte no va más allá de una siesta dormida sobre su propia sombra.

Por su mano sucede la vendimia y la trilla. Se extiende el telar de la chacra y las ramas del huerto se llenan de lágrimas dulces.

Frente el domingo de arpa y guitarras, asume la cueca echando a volar el pañuelo y las espuelas. Quiebra el día con cazuela, pebre, empanadas. Bajo el chamanto, esconde un corazón de oro y las bondades del aire.

María es un amor en la tierra, su amor sin ballicas ni olvido. Su otro amor es la curva nacional del rodeo. Aquí se quita el sombrero frente a la bandera de tres colores y una estrella sola y descubre la flor de la atajada.

Para contar el huaso, es necesario demorarse en la lluvia, la sequía y el terremoto; porque ante la adversidad, se da una vuelta por la tristeza, y vuelve a empezar, silbando la esperanza. Usa la pena para tejer lazos y mimbres, a pesar de que tiene la misma paciencia del río.

Cuando regresa del campo, se le llenan los brazos de niños. Entonces, se integra al poder de la ternura. Sueña con buenas cosechas y rigores de topeaduras. El huaso se suma y sigue en el milagro de la semilla. Y no tiene fin, porque se continúa, a la chilena, en las ocho virtudes del hijo.

Rubén Campos.