- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2018.

René Avendaño es un hombre de campo y lo vive de esa manera en su natal Puerto Natales, ciudad donde además de ser un activo dirigente tiene su pequeño criadero, herencia que recibió de su padre, don René, uno de los impulsores de la crianza del Caballo Chileno en Última Esperanza.

De nombre Laguna Azul, el criadero de los Avendaño ha dado que hablar  tanto en las medialunas como en las exposiciones y eso tiene más que satisfecho a René, quien recuerda los inicios de su padre en la crianza. "Al  comienzo de los '70 se comenzó a armar todo este ambiente corralero en Magallanes, sobre todo en Puerto Natales y uno de los que comenzó con  esto fue mi padre, René Avendaño, que falleció en 2016. Acá no había caballos chilenos inscritos, y lo que hicieron en ese momento fue comprar  unos caballos en Tierra del Fuego, en la Hacienda Springhill a través de un programa del Indap (Instituto de Desarrollo Agropecuario). Yo nací el 77 ya bajo este cuento corralero, y a la fecha seguimos corriendo y poniéndole empeño en criar", cuenta de lo más orgulloso Avendaño.

"No es mucho lo que producimos, somos un criadero pequeñito, pero  siempre tratando de salir adelante, pero estamos contentos con lo que hemos hecho. Para mí es una vida criándome con los huasos de Magallanes, y es por ello que terminé siendo dirigente del Club Puerto Natales. Me tocó entregar el antiguo recinto de la medialuna para el nuevo hospital y luego iniciar el proyecto del nuevo recinto, hasta que salió adelante, y ahora soy secretario de la Asociación de Criadores de Última Esperanza, con dos años de funcionamiento, y director de la Asociación de Rodeo, así es que bastante estoy bastante metido en el tema", añade entusiasmado.

Con respecto a la crianza del Laguna Azul, Avendaño rememora cómo su  padre fue dando forma al criadero. "La primera yegua corralera era El Inca Acústica y fue comprada por el proyecto Indap que le decía. Después mi papá le fue sacando crías a esa yegua, que eran las mismas que corrió, porque también era huaso activo como corralero, y hoy tengo mis caballos cerca de Puerto Natales, donde tenemos pesebreras y así hemos podido mantener el criadero", cuenta orgulloso de poder correr siempre en los caballos criados y trabajados en su campo.

"Siempre he corrido los mismos caballos que hemos criado, y eso para nosotros es bonito, y una de las mejores actuaciones que tuvimos fue para el Zonal que se hizo en 2011, donde corrimos el cuarto toro y nos ganamos la  Serie Yeguas con hembras criadas", agrega Avendaño, quien también ha apostando por ir a exposiciones.

"También hemos salido a exposiciones, nos ganamos un premio (segunda en  su categoría) con la Jodía en 2015, y la otra era la Quinceañera, que en la primera exposición que hubo en Natales en 1987, y probablemente la primera de la región, fue gran campeona hembra. Luego, la Gloria fue primera en su categoría y ganó la gran campeona hembra y el mejor  ejemplar equino de la Expo de Última Esperanza en 1989", añade.

Eso sí, no están exentos de problemas: "A veces es más fácil botar la toalla,  pero acá hemos seguido luchando, y la limitante o la condicionante ha sido el tiempo, porque acá en abril ya paramos el tema de los caballos, ya no podemos reproducir después, porque la cría nacerá en pleno invierno, pero pese a eso nos hemos mantenido a flote".

"Ahora estamos buscando nuevas sangres para ir mejorando en todo",  dijo  Avendaño, quien ve en su nieto la posibilidad de perpetuar el criadero.

"Sin apretarlo, ya anda metido en las pesebreras con los caballos, así es que yo feliz con eso", finalizó.