Por Julio Fernández Concha

El difícil deporte de "correr la vaca" es algo que apasiona a quienes lo practican. No está exento de dificultades para poder lograr objetivos deportivos, por lo que deben amalgamar condiciones, responsabilidad y constancia. A veces lleva muchos años para lograr los objetivos trazados, clasificar a un selectivo y llegar al Campeonato Nacional.

En algunos casos se retiran del Rodeo sin poder obtenerlo, pero este deporte es así; a veces se da pronto y otros pasan largos años tras la meta. Por ello es que se hace tan apasionante.

La Asociación de Rodeo Chileno de Ñuble es desde varios años privilegiada al contar con una armada de jóvenes jinetes que poco a poco se han ido acrisolando y logrando triunfos que les auguran un prometedor futuro deportivo.

Uno de ellos es Fernando Guíñez (25), que por segundo año consecutivo logra la clasificación al máximo evento nacional. Hoy cuidándose  de la pandemia del Covid-19, nos contó de este receso anticipado y de los que hacen en el Criadero El Relincho, de su padre, Johnnson Guíñez.

"Este receso ha permitido trabajar caballos nuevos, ya que por la Temporada Chica no paraban los rodeos y el tiempo que quedaba era poco, por lo que los caballos nuevos, de crianza, de criaderos medianos o chicos que estaban en condiciones de avanzarlos en su trabajo, no se podía y se les dedicaba tiempo a los que estaban en competencia. La situación que se vive hoy y que obligó a suspender la competencia nos ha permitido trabajar caballos nuevos, lo que ayuda a que se vayan formando y teniendo más trabajo", comentó.

Respecto a los caballos que normalmente están en competencia, señaló: "Están sueltos algunos y otros en pesebreras. Solo estamos trabajando caballos nuevos; son un total de diez, algunos más avanzados. La idea es sacar algunos caballos nuevos, propios del criadero".

Al preguntarle si han salido algunos a correr, respondió: "El año pasado ya sacamos dos colleras; este año estarán más firmes. Pensamos sacar dos colleras más, una de yeguas y otra de potros que están avanzadas en su trabajo. En el invierno esperamos correrlas más en casa. Hay otras que se están topeando,  hay que ver las que estén en mejores condiciones para poder sacarlas a correr. Tenemos ejemplares de distintas edades y en diferentes etapas del trabajo, eso es lo bueno de la crianza".

También se refirió a cómo están haciendo las cosas en el criadero: "Todo se está haciendo de la mejor manera, mejorando día a día, tratando de hacer nuevas cosas. A quienes nos gusta el Rodeo debemos tratar de mejorar cada día; esperamos no tener contratiempos y que todo resulte".

Ya en lo personal, expresó lo que significa para él llegar por segundo año consecutivo a Rancagua.

"Es un orgullo tremendo, me siento feliz por eso. Todos queremos llegar allá, pero no siempre se nos da. Hay que tener la madurez necesaria para saber lo que significa llegar a esas instancias, valorar todo lo que está involucrado en eso, de los que están atrás de uno: el que trabaja el caballo, el que lo alimenta, de los que nos apoyan. Son muchos factores, personalmente me siento bien por todo eso", manifestó.

"Hemos tenido un poco de suerte en los últimos años y hemos tenido los frutos, se han realizado bien las cosas. Gracias a Dios hemos clasificado en los dos últimos años. El año pasado con un amigo, Juan Manuel Bahamondes, en una collera de yeguas de don Alejandro Venegas; y este año se me dio con Miguel Parra. He tenido la fortuna de obtener esto no solo corriendo caballos de mi papá, sino hacerlo con dos amigos. En ese sentido me siento muy feliz, tratando de aprender cada día más, así es que muy contento", agregó.

Respecto a su llegada por segunda vez a Rancagua, dijo que "el año pasado se cumplió el primer objetivo, estar en el Campeonato Nacional; cometiendo algunos errores propios del principiante, pero este año con un poco más de experiencia espero no cometerlos. Espero superar lo del año anterior y ojalá estar en la Final. Ahora llegamos con otra collera, los potros Repunte y Bodeguero, que anduvieron muy bien en la temporada. Son muy buenos, esperamos llegar en la mejor de las condiciones con ellos. Son de poca edad, 9 años".

También expresó la alegría de correr con su papá: "Para mí es un gran orgullo. Él fue quien me enseñó, me metió desde muy chico en esto de los caballos, desde los 5 años. Corrí hasta los 12, después tuve un receso y no se salió a correr, pero la crianza se mantuvo. Después volví a  los 18 años, pero en mi familia siempre tuve el apoyo. Mis primos son corraleros, todos junto a mi papá me inculcaron esto. Mis abuelos no eran corraleros, tenían caballos pero no corraleros. Este año se me dio la oportunidad de correr el Padre e Hijo, pero espero que se recupere de una lesión que tuvo, para volver a correr juntos".

Respecto a su madurez como jinete, dijo: "El llegar a Rancagua me sirvió mucho al respecto, pero el correr con Miguel ha sido un gran respaldo para mí. Siempre me está enseñando, además que somos amigos, tenemos un gran vínculo con su familia. Obviamente una cosa es la pega y otra la amistad, por ello valoro todo lo que hace. Me he afíatado mucho con él, se han logrado resultados, he aprendido mucho con él; siempre estoy preguntando y aprendiendo. Además, los caballos se han visto bien y felizmente esteremos otra temporada juntos".

Al despedirse lo hizo con palabras de agradecimientos para quienes lo han alentado: "Agradezco de todo corazón a mi familia que siempre me han estado apoyando, y a la barra de El Relincho, que nos hace sentir su apoyo en las medialunas. Siempre es estimulante escucharlos, y lo hacen en las buenas y en las malas".