Con un largo paso por el Criadero Palmas de Peñaflor y por variados corrales de la zona, don Carlos Didier Orellana (Club Teno) fue distinguido en la Asociación Aguanegra con el premio a la trayectoria, algo que lo motiva a seguir adelante luego de una enfermedad que lo tuvo medio retirado de su pasión: arreglar caballos.

"La verdad es que quedé muy feliz con este premio, porque es un premio que uno lo recibe cuando uno va a la baja. Y además me tocó recibirlo junto a mi señora, con un sobrino, con toda la gente de la Asociación en el almuerzo de premiación, así es que fue una linda instancia", comentó don Carlos en diálogo con Caballoyrodeo.cl

Dice que este premio tiene que ver básicamente con su amor por los caballos y con su trabajo en el arreglo de mancos.

"Toda la vida he andado a caballo, gracias a mis padres. Partí trabajando con don Ismael Albónico, después estuve en Chimbarongo, para llegar a Palmas de Peñaflor, donde estuve por 12 años, así es que han sido lindo años, a veces corriendo y otras veces arreglando. En Palmas, por ejemplo, estuve empezando la caballada nueva, y ahora esporádicamente trabajo caballos debido a una complicada enfermedad", contó.

Pero esa preocupación no lo alejó de los caballos, y don Carlos se animó a volver: "Ya me estoy recuperando de a poco, así es que ya he vuelto a trabajar algunos caballos, porque me gusta correr, así es que el premio es un bonito estímulo. Son caballos de un amigo, sin ninguna pretensión, y a mí me sirven porque si me quedo acá en la casa, más me voy a enfermar", explicó.

A don Carlos le preguntamos por algún caballo que recuerde: "Tuve una yegua, la Chiripa, que era de don Ricardo Ramos, y que la completamos. Con don Luis Santander me hice de un caballo, que era hijo del Tacón, que corrimos en Rancagua, estaba el Cachalote también. Ahí hicimos hartos caballos buenos, porque estuve 11 años con él, y corrí con los hijos Francisco y Luis; y en Palmas armé hartos caballos nuevos que los dejaba topeando", recordó.