De Calama a Chiloé, la travesía que vivió El Convento para completar

Una travesía que incluyo un recorrido por casi todo el país corralero fue el que hizo el Criadero El Convento luego de partir en Calama la Temporada Chica y finalizar en Chiloé la Temporada Grande. Eso sí, el periplo fue exitoso y Alvaro Baeza, dueño del plantel, pudo completar una collera con Christian Pooley y otra con José Miguel Almendras.

"Para nosotros es una tradición ir al sur, no como fuimos este año, porque este año fuimos a lograr lo que no habíamos podido lograr durante la temporada. A veces vamos a finalizar la temporada, pero este año fue bastante especial, porque partimos en Calama y terminamos en Quellón, así es que por Dios que le pusimos empeño", contó entusiasmado Alvaro Baeza en diálogo con Caballoyrodeo.cl

Y claro, este recorrido tuvo una razón de ser, dado que pese a partir bien la temporada en el norte, lesiones de caballos complicaron lo que parecía ser un año apacible para El Convento.

"Lamentablemente la collera que casi quedó completa en Calama la perdimos porque se nos lesionó un potro y debe tener descanso hasta marzo, por lo que perdimos 10 ó 12 puntos. Tuvimos que partir de nuevo, tuvimos un par de enfermedades entre medio, las labores de construcción en Batuco, y más otras labores profesionales hicieron que el año no arrojara mucho, y que no hubiesen muchos resultados; pero las ganas de estar presente en el Clasificatorio de Batuco eran tan grandes, que nos fuimos con harta ilusión al viaje que hacemos siempre al sur", comentó Baeza.

"Yo lo he dicho en más de una oportunidad: el sur tiene un sabor muy especial, gente muy cariñosa y una forma de vivir el rodeo, y nosotros hacemos este viaje por un tema de filosofía, por el hecho de compartir con la gente del sur, en los distintos lugares, pero este año era más que eso, porque necesitábamos tener resultados, y afortunadamente se nos dieron las cosas en Maullín, en Loncotoro y en Quellón, así es que pudimos completar una collera mixta (el Retador y la Guardilla) y una de yeguas (Tonaíta y Molinera), lo que nos permite decir presente en un Clasificatorio", añadió.

Y la idea de Baeza siempre fue completar las dos colleras. "Una pareja es poco, pero dos es muy satisfactorio, porque alcanzas a calentar, a competir un poco más. Con una collera se espera mucho, y no alcanzas a calentar, porque te equivocas en un toro y la otra corrección viene dos o tres horas después, así es que contento porque además de ir con dos colleras, voy con los dos jinetes, Christian Pooley y José Miguel Almendras, así es que vamos a ver cómo nos va. Lo importante era estar ahí, y de ahí en adelante nadie tiene nada garantizado, pero llegar acá es una meta importante en lo relacionado con nosotros mismos", explicó Baeza, quien dijo que la collera de yeguas no estuvo exenta de dramas para completar.

"En el primer toro hicimos 3, pensábamos que no íbamos a correr el segundo; luego hicimos 5, y ya en el tercer toro pudimos hacer dos atajadas y defender el segundo lugar, que era lo que necesitábamos para completar, porque leas yeguas tenían 10 puntos sin requisito, y más encima en la última fecha, en el último lugar y todavía faltaban tres colleras que nos podían dejar afuera, así es que clasificamos con el último raspado de la olla", comentó.