Por Arturo Montory G. www.tierradecaballos.cl

La crianza trascendente y con raíces actuales del caballo Chileno de Pura Raza empieza en 1750 con diversas “castas”, el Quilamutano, Cuevano, Principalino, los bayos de Echevers, Torrealbino, Ovallino, Catemino, Catemino de Peca, Bravino, Cardonalino, que forman la base del Stud Book con que se inicia la raza identificada y ordenada en 1893.

Pero el rodeo como deporte ya había nacido en 1860 y se había comenzado a producir una selección funcional de los caballos más aptos al deporte vaquero, como podemos observar en las descripciones de la vida de Bayo León, Guante I, Codicia, Gacho, la que sucesivamente se acentúa en el tiempo por la selección de los ejemplares más aptos para reproducir entre ellos, y sin incluir en Registro otros que no fueran chilenos, razón del Registro Cerrado, que tan bien describe el profesor Eduardo Porte F. en el Stud Book último, que llega al número 200.000 de inscripciones.

En épocas antiguas del 1700, 1800 y principios del 1900, Chile era un país agrícola ganadero en la zona central y sur, y había sobrado espacio para criar, pero luego nos transformamos en un país industrial-agrícola y dicho espacio criador se redujo y el uso agrícola del caballo chileno muy limitado.

Aflora entonces el deporte del rodeo chileno en todo su esplendor que garantiza la existencia y continuidad de la raza por ser nuestro caballo el más apto para usarse en esta disciplina vaquera.

En 1911 se efectúa el primer Campeonato Nacional en Victoria, siguen los Rodeos Oficiales de los pueblos con fines de Beneficencia local, y a partir de 1937 comienza el rodeo de la Quinta Normal con motivo de la Exposición Agrícola Nacional, que era considerado un verdadero Campeonato Nacional.

En 1948 ganó la Comunidad Darío Pavez en Prestigio y Pichanguero con los jinetes Arturo Ríos y José Larenas y segundos los hermanos Tito y Julio Santos.

En 1949 se inicia la época del Campeonato Nacional de rodeo organizado por la Asociación de Criadores de Caballares y en 1961 nace la Federación del Rodeo Chileno.

La familia Santos de Temuco no venía aL rodeo de Quinta Normal, pero asistió al ensayo del Nacional efectuado en 1948 en Rancagua donde ganaron Julio y Tito Santos consagrados ídolos del público de la zona central. En el primer campeonato en 1949 gano su hermano Ernesto Santos con José Gutiérrez, ambos de Temuco y se inicia la etapa actual.

Así se suceden campeones, Las Camelias, Rene Urzúa, los Urrutia, Bustamante, Mora y Lamoliatte, Aguirre, Cardemil y Valderrama, Tamayo y Loaiza, Pozo, Meza, en fin, 68 años de Campeonatos Nacionales.

Trascendente en 2016 es el lanzamiento y publicación del libro Historia del Rodeo Chileno, Tomo I, que coloca por primera vez a los huasos en un nivel intelectual distinto y lucen orgullosos su vestimenta y tradición en la Biblioteca Nacional, icono de la cultura chilena.

El deporte del rodeo garantiza la conservación de las tradiciones musicales, la vestimenta, los aperos, la “escuela de equitación huasa”, y los caballos de pura raza chilena, inmensa tarea sobre sus hombros y exclusiva.   

El rodeo es parte muy importante de la identidad nacional, es “Marca Registrada”.

La Federación del Rodeo Chileno nacida en 1961 es un ejemplo de institución, de eficiencia, de conducción deportiva, disciplinaria, administrativa y moral, en el mundo actual es una joya y obra de todos sus asociados.

Un año más de un camino comenzado hace 300 años, cuidémoslo y entreguémoslo intacto a las nuevas generaciones.