César Núñez Grez, un huaso y caballero en todo el sentido de la palabra

Los que lo conocieron de cerca, destacaron las virtudes y el nexo con el caballo chileno que aplomaron la personalidad de don César Núñez Grez, el padre de César Núñez Villarroel, secretario general de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos, y que falleciera el sábado 8 de diciembre, realizándose sus funerales el lunes 10 de diciembre en Curicó.

Caballoyrodeo.cl conversó con el ex presidente de la Asociación de Criadores de Caballos Chilenos de Curicó, Víctor Santa María, quien se refirió en los siguientes términos al extinto criador.

"A don César yo lo conocí el año 1973, cuando él vivía en el campo, en la zona de Rauco. Lo vi correr varias veces, como criador visité su criadero Santa Verónica en algunas oportunidades. Aparte de eso, siendo presidente de los criadores de Curicó, hace tres años le rendimos un homenaje, dándole el Premio a la Tradición del Criador, un premio que instauramos como criadores de la Asociación Curicó y que hoy día la Federación lo tomó como propio y lo está dando en cada Consultivo al criador con más tradición de la zona donde se realiza este".

Especificó que este premio está destinado no a los grandes criadores, sino a los criaderos que no han tenido fama nacional.

"Y ese premio tuve yo el gusto de dárselo a don César Núñez Grez en el Clasificatorio de Curicó hace tres años. Actualmente vivo muy  cerca de su casa, normalmente cuando andaba caminando cerca de las pesebreras de César, compartíamos algunas conversaciones de caballos y de perros, los que también le gustaban mucho porque era aficionado a los  perros pastor alemán y fox terrier, gustos que yo comparto. Así que conversábamos también de perros con él", acotó.

"Eso es a grandes rasgos lo que conocí yo de don César, un gran caballero; una persona intachable y muy meticuloso en su sistema de vida. Un hombre muy ordenado, muy responsable; realmente una persona admirable. Yo sentía mucha admiración y cariño por don César", expresó, agregando que el extinto criador inició su criadero con una yegua que viene de un potro que era de la familia de su madre, de su abuelo materno.

"Era hija del Durazno y se llamaba la Pascuala, con la cual formó su criadero. Esta yegua la cruzó con un potro  hermano de las Mercedes taco y de ahí nació la yegua que le regaló a César Núñez V. para iniciar su criadero", aseveró finalmente.

Un huaso auténtico

También conversamos con otro criador curicano, José Puertas, dueño del criadero El Milagro, quien nos comentó: "Don César era muy aficionado a los caballos, siempre le gustaron y siempre anduvo de huaso. Era un huaso auténtico, muy buena persona y su gusto por los caballos se lo traspasó a su hijo César. De hecho, en su funeral, arriba del ataúd pusieron un chamanto que era de su familia. Fue muy emotivo su funeral y asistieron muchas personas, entre ellos un grande del rodeo y la crianza, don Gonzalo Vial Vial y muchos ligados a nuestro deporte nacional y al caballo chileno.

Enfatizó que fue una muy buena persona, bastante reservado, muy tranquilo, actuando en todo orden de cosas muy a su manera, con mucha prudencia.

"Fue un huaso de tomo y lomo, reservado, tranquilo, que vibraba mucho con el Rodeo. Yo creo que esa es la mejor descripción", afirmó.

Un hombre de mucho tesón y constancia

Y Víctor Acevedo, destacado secretario de rodeos, que lo conoció de cerca y que dijo algunas palabras durante el sepelio, también fue requerido por nuestro portal para que nos entregara un semblante del extinto criador curicano.

"Fue un hombre de mucho tesón y constancia, siempre estuvo ligado al Rodeo y la crianza. Fue muy caballero como jinete y como deportista, dentro de la medialuna tuve el agrado de compartir con él cuando yo corría en ese tiempo. Una persona muy grata como deportista; fue un corredor amateur, pero disfrutó el Rodeo y siempre fue un jinete que se presentaba con sus atuendos impecables en la medialuna", enfatizó.

"Y lo más importante, como lo dije hoy en el cementerio, es que él puso la primera piedra del criadero La Esperanza, porque él le regaló una yegua con la cual César hijo partió. Y esa es la base de su criadero. Don César siempre mantuvo su bajo perfil, quiso mucho a César, a sus nietos. Por lo menos hasta que la salud se lo permitió iba a todos los rodeos de aquí de la zona, a los clasificatorios, a los Campeonatos Nacionales, siempre siguiendo la campaña del criadero La Esperanza, que era de su hijo y de su nieto también".

"Fue un hombre sencillo. Siempre andaba impecablemente vestido de huaso. Una persona muy grata en todo sentido de la palabra".

Por eso creo que habían representantes de todos los clubes de rodeo de la Asociación Curicó y vimos en el velatorio y funeral personas que vinieron de lejos, ligados al mundo del rodeo y la crianza del Caballo Chileno como: Gonzalo Vial Vial, Luis Iván Muñoz, Abel Bravo B., José Elías Rishmawi C., Italo Zunino M., Alfredo Moreno Ch., José Manuel Pozo L., Patricio Labbé C., Benjamín García Huidobro, Ignacio Rius G., Jaime Muñoz R., Santiago Covarrubias V., Guillermo Cardemil U., Soledad Cardemil H., Alberto Herrera E., Juan Enrique Vallejos C., Rodrigo Errázuriz R., Galo Bustos P., Mario Tamayo O., José Miguel Muñoz A., Gabriel Varela C., por nombrar a algunos.

Palabras de César Núñez Villarroel en el funeral de su padre:

Papá

En mi condición de hijo mayor y en representación de mis hermanos, quiero expresar un reconocimiento hacia usted:

Siempre nos exigió que diéramos lo máximo de nuestras capacidades, al límite del perfeccionismo, con la mayor educación y respeto hacia los demás.

Nos inculcó que la educación, hacía la gran diferencia entre las personas y el respeto en todo sentido de la palabra, era una condición intransable. Nos hizo presente que teníamos muchos deberes con los demás y con ello podríamos optar a algunos derechos de ellos.

Hemos tratado de cumplirle, reconozco que en mi caso, no ha sido fácil. Sólo podemos agradecer su enseñanza y su extrema disciplina, siempre apoyada por nuestra madre.

No puedo dejar de destacar su amor puro y genuino por los caballos chilenos y el rodeo, símbolo de ello fue su regalo cuando me titulé, una yegua para que iniciara mi criadero.

Actuando con fidelidad a su austeridad y prudencia, les doy las gracias en mi nombre y en el de toda mi familia, a quienes nos han hecho llegar manifestaciones de aprecio o nos han acompañado en estos momentos y circunstancias en que se valoran con mayor sensibilidad.

Muchas gracias a todos.