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Los Primeros Campeones de Chile: Una Historia de Auténticos Huasos (II)

Los Primeros Campeones de Chile: Una Historia de Auténticos Huasos (II)
Continuación de este reportaje, que relata la historia de los hermanos Santos.
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1948:  DUEÑOS DE LA MEDIALUNA

Mientras escuchaba el ruido del tren, Ernesto rumiaba su pena.

Tantos triunfos, tantas ilusiones de sus padres, de sus hermanos, de la gente de Temuco y todo para nada.

El día jueves antes del Rodeo de Rancagua, la plana mayor de gerentes, ejecutivos, ingenieros y capataces de la Braden Cooper Co. los habían recibido con un gran almuerzo en la Mina de El Teniente, ya que, por años, su padre y ahora también los Hermanos Santos, eran sus más grandes proveedores de carnes para el personal y de pilares de roble pellín para las minas.

Después de un almuerzo generoso y regado, los ejecutivos, empleados y obreros les muestran su trabajo en la Mina y se comprometen a acompañarlos en el Rodeo, especialmente el día lunes, cuando en la tarde se corriera el Champion.

Los Hermanos Santos correrían las colleras de caballos Clarín y Relámpago y la de las yeguas Parka y Vanidosa.  Palabra cumplida, la Medialuna esta atestada de gente, 'creo que más gente aún había al lado afuera que no logró entrar'.  En su cabeza aún retumba el grito de la Medialuna:  SANTOS, SANTOS, SANTOS.  'Teníamos toda la barra...', piensa.

Cada vez que Tito entraba al apiñadero en su caballo Clarín, el público se paraba a aplaudirlos.

La yegua Parka, negra, con una pequeña manchita blanca en la frente y la Vanidosa, negra tapada, preciosa, brillaban, estaban alegres, parece que sentían el apoyo del público.

'En los dos primeros toros, en la collera de las yeguas negras, ya llevábamos 12 puntos buenos, y cuando íbamos a correr el tercero, prácticamente, teníamos ganado el Champion, ya que nuestros más cercanos adversarios, la Comunidad Darío Pavez, en Prestigio y Pichanguero, con los jinetes Pepe Larenas y Arturo Ríos, habían cumplido su participación en el Rodeo, quedando con 12 en total en los tres toros, como asimismo, con 12 ya habían quedado René Urzúa y Nano Ramírez, en Comunista y Verdejo, y también con 12 en Cebollita y Pelagia'.

'Tranquilos entramos al apiñadero a correr nuestro tercer animal.  Era muy fácil ganar el Champio, nos bastaba hacer un punto bueno.  Tito iba a la mano, escogió un toro negro, delgado, cachudo, de unos 500 kilos.  Salió como una luz, la Parka lo ataja, perro en la entrega se enreda una rienda con un cacho del toro y éste se lleva la yegua y jinete hasta el apiñadero, pese a los desesperados esfuerzos de mi hermano Tito.  Salgo para atrás y le pongo una atajada grande con mi yegua Vanidosa, y en la tercera carrera, Tito verdaderamente cuelga el toro del puro ijar  ¡Qué duda queda!  ¡Ya habíamos ganado!  El público gritaba SANTOS, SANTOS, SANTOS'.

'Sin embargo, por los parlantes se escucha la voz del secretario (Filomeno) Oscar Fernández 'carrera corrida un punto malo...'.  Bajábamos a once puntos quedábamos fuera del Champion y después de correr un toro extra, los ganadores eran los jinetes de los Chamantos Verdes, de la Comunidad Darío Pavez, con una corrida de 5 buenos, contra 4 y 3 de las dos colleras de Agenor González y René Urzúa'.

Nadie puede calmar al público Rancagüino, ni menos a los mineros de El Teniente que, encariñados con los Hermanos Santos, no aceptan el resultado.  Todos, sin excepción tiran las sillas al interior de la Medialuna, para impedir el paseo de los campeones.  Inútiles son los esfuerzos para distraer la atención que hacen el popular Osvaldo Balbontín, alias El Temblor, un personaje muy querido por los espectadores.

El secretario trata de apaciguar los ánimos.  Anuncia por los parlantes que la Comunidad Darío Pavez ha donado el premio de $30.000.- en efectivo a la Cruz Roja.  Pero nada tranquiliza al público.  Los Santos a caballo entremedio de las sillas piden con brazos en alto, que se calmen en las tribunas.  Se acercan a los ganadores, le dan un abrazo a Pepe Larenas y Arturo Ríos y, caballerosamente, se retiran montados en sus yeguas negras hasta el Hotel Santiago de calle Brasil.

Hasta allá llega don Pedro Emilio Pérez, al frente de una comitiva de Rancagüinos a darles su apoyo, pedirles su comprensión y agradecer su gesto deportivo que impidió que el público enfurecido quemara la Medialuna recién inaugurada.

'Tito' insistía en levantarme el ánimo y me decía, '¡Qué Pena!, si lo que más siento es no haber podido bailarla cueca con la Reina Sarita Gatica Fuentes.  Tan linda que era, y a usted compadre que es más nuevo, le habría tocado bailar  con la que dijeron sería la candidata a reina para el próximo rodeo de la Primavera, la Carmencita Vergara Naretto, más pichoncita, pero también muy rebonita...'.

'La verdad Ernesto..., le había dicho Tito, después de la derrota cuando se desmontaban de sus yeguas en la puerta del hotel..., es que desde que estamos en Rancagua nos han atendido como si fuéramos sus mejores amigos y sólo nos conocían de nombre.  Vamos, volvamos a casa, tomemos el tren de la noche.  No les ocasionemos ningún problema a los amigos, y olvidemos nuestras penas'.

Han pasado muchas horas de recuerdos... la noche, el cansancio, el sueño por fin vence a Ernesto y no despierta hasta llegar a la estación de Temuco.

La familia se reúne, se analiza todo, el padre dice que el balance es bueno, la gente nortina y, en especial, los Rancagüinos, habían sido extremadamente generosos y cariñosos con sus hijos, el apoyo de los de la Braden Cooper Co. había sido incondicional.  Son muchas las cosas buenas.  A olvidar los malos recuerdos.  Hay que volver al trabajo del campo y de los aserraderos.  En el próximo verano a correr la vaca... pero al norte no se volverá.

EL PRIMER CAMPEONATO DE CHILE

Ya en el verano de 1949, los Hermanos Santos, especialmente Julio y Tito, han vuelto por sus fueros, no hay rodeo que no ganen, las colleras de Clarín y Ajiaco, Carbón y Alquitrán, Parka y Pulsera, Pato y Zulita, Chunga y Bototo, Relámpago y Sombra, Vanidos y Polola.  No hay duda que los bravos eran Julio y Tito.  A veces Ernesto acompañaba a laguno de ellos, como también lo hacían, Pepe Gutiérrez o Eliseo Calderón, en los mismos caballos, ganando también primeros Champion en muchos rodeos del Sur.

La Asociación de Criadores de Caballos que en ese entonces presidía don Alberto Echenique Domínguez, con el decidido apoyo de su Vicepresidente, Guillermo Aguirre, y sus Directores, Manuel Castillo G., Oscar E. Mujica V., Edmundo Moller B., José Tagle R., Fernando Hurtado E., Alberto Correa M., y Ernesto Cuevas L., acogiendo la solicitud formulada por los comités organizadores de rodeo del centro del país, acordó por unanimidad realizar año a año, a contar de 1949, lo que se llamaría EL CHAMPION DE LOS CHAMPIONS DE CHILE, y que se llevaría a cabo por primera vez en Rancagua coincidiendo con el rodeo de otoño de esa ciudad.  El día 1º del mes de sería la Exposición de Caballos, y el 2, 3 y 4 de abril el Rodeo de Rancagua, finalizando en la tarde del día Lunes 4, con el Champion de los Champions de Chile.

Se publicaron avisos en los diarios, ofreciendo un premio de $20.000.- a los ganadores del Rodeo de Rancagua y de $50.000.- a los ganadores de los Champions de Chile, exigiendo como único requisito haber obtenido un primer, segundo o tercer lugar en un Champion de un rodeo Oficial de la Temporada 1948 - 1949, debiendo, los corredores, ser inscritos por las correspondientes comisiones organizadoras de los Rodeos Oficiales.  Ya en la primera semana de marzo del 49, se habían inscrito más de 50 colleras ganadoras de distintos rodeos en el país.

Los Santos no aceptaban inscribirse.  Se niegan a volver a Rancagua, pese a la presión de sus amigo y dirigentes corraleros del Sur.  Aún sentían el sabor amargo del año anterior.

A la casa de sus padres en Temuco, llegó don Raúl Pavez Romero, gran Señor del Rodeo, uno de los miembros más destacados d ela Comunidad Darío Pavez.  Con el estilo y caballerosidad que lo caracterizó durante toda su vida, dio sus razones a don Honorindo Santos.  Le habló del rodeo como tradición y deporte, y del compromiso de cada criador y jinete para hacer cada día más grande esta expresión de Chilenidad.  El país huaso quería a los Hermanos Santos, eran más que un leyenda.  Pese a la derrota del año anterior, su figura se había agigantado, habían sido grandes caballeros y deportistas, y eso, no se olvidaba.

Le sobraron argumentos, y don Honorindo Santos, amante del Rodeo, del caballo y de las tradiciones, no pudo mantener su negativa y comprometió la asistencia de sus hijos, Tito, Julio y Ernesto.

Se les advirtió que no podrían correr al gallito y, por lo tanto, deberían llevar otro jinete para acompañar a Ernesto, pues se daba por descontado que los Hermanos Santos no darían ventaja.  Tito y Julio correrían juntos los mejores caballos.

Se habló con don Jorge Stolzenbach quien les facilitó a Eliseo Calderón como compañero para Ernesto.

En Rancagua la Comisión, integrada, entre otros, por Pedro Emilio Pérez Harvey, los recibe con alegría y los acompaña al Hotel Santiago, donde les han reservado las mejores habitaciones.

Los caballos viajan durante tres días al cuidado de cuatro empleados en tren de carga con pasto y agua, de la que se aprovisionan en cada estación.

Personalmente, don Pedro Emilio Pérez, se encarga de acomodar a los empleados y los caballos en las instalaciones de la Feria Regional.

Tito y Julio correrían las colleras más firmes, Clarían y Ajiaco, Parka y Pulsera, Pato y Zulita.

Ernesto correría con Julio la collera de Bototo y Chunga, siempre que Tito y Julio hubiesen premiado sus otras colleras.  Ernesto correría también, con Eliseo Calderón, la collera de Vanidosa y Sombra.

Desde el mismo momento de su llegada, una semana antes del rodeo, los Santos comprueban que de verdad su fama ha crecido y reciben el cariño de su público que los sigue y vitorea en las calles.

Los días pasan y Eliseo Calderón inexplicablemente no llega.

El viernes a las cuatro de la tarde se efectúa la premiación de los ganadores de Exposición, obteniendo el Champion de Potros 'Fandaguillo', de don Florentino Ponce, y Champion de Potrancas, la yegua 'Jovencita', de don René Urzúa.

El sábado se inicia el Rodeo, y Eliseo Calderón aún no llega, se corre la primera serie que termina a las 14:30 horas y que gana don Ramón Larraín en 'Picardo' y 'Ranchera'.  Tito y Julio no están entre los premiados.

El domingo en la mañana Ernesto ya ve pasar el rodeo con desesperación, sentado en la tribuna sin compañero, esperando que sus hermanos, a quienes aprecia como los mejores jinetes, logren premiar todas sus colleras, reconoce que son las mejores colleras del Corral de los Santos.  Al mediodía, muy amargado, ve muy difícil la posibilidad de poder competir.  Inmediatamente después de almuerzo, se efectúas el Movimiento en Rienda, y a la s tres de la tarde se da comienzo a la Cuarta Serie para potros y yeguas inscritos.  A su lado está la señora Praxedes Inostroza, viuda de Mora, mirando correr a su hijo Avelino.  Le aprieta la rodilla y le dice 'arriba el ánimo Ernesto, a tus hermanos aún les queda una collera por premiar.  Roguémosle a Dios que en esta serie premie Avelino y nosotros le diremos a Pepe Gutiérrez que te acompañe a correr.  Aún queda la Quinta y última serie que se correrá después de las seis de la tarde'.

Avelino Mora y Pepe Gutiérrez premian.  Ernesto salta al interior de la Medialuna y le comunica a ambos la proposición que le ha hecho la señora Praxedes.

PEPE GUTIÉRREZ

Había nacido en Chillán el 15 de septiembre de 1926.  Hijo de don Manuel Antonio Gutiérrez y doña Jovita Salgado.  Once años más tarde, víctima del terremoto de Chillán fallece su padre y un año más tarde muere también su madre.  Al cuidado de su hermano Jorge , se traslada a la Hacienda Lipingüe de Los Lagos, de propiedad de la Caja de Seguro Obrero y lo matriculan en el Colegio de los Padres Salesianos de Valdivia.

Su hermano Jorge le enseña a correr la vaca, y el año 1941, corre su primer rodeo oficial en Valdivia junto a su Armando Rojas, ganándose el Champion para la Hacienda Lipigüe, donde el invitado de honor era el Presidente de la República de entonces, don Pedro Aguirre Cerda.

Se retira del Colegio y lo contrata don Pepe Arana Casale, corren juntos y salen segundo en Valdivia, con Parka y Pihuelo.  Ese rodeo lo ganan los Santos y le compran a don Pepe Arana tres yeguas negras, la Parka, la Zulita y la Polola, y Pepe Gutiérrez les vende una baya de nombre Golosa, todas ganadoras de rodeos en el Sur.

Más tarde corre para la Hacienda Ñuble Rupanco hasta que se emplea con don Jorge Stolzenbach con quien corre en los rodeos del Sur hasta Coyhaique.  Algunos años más tarde, la señora Praxedes Inostroza, lo contrata para administrar el Fundo Santa Elena de Freire, una propiedad de ochocientas hectáreas.  Se habían encontrado en un rodeo en Lanco.  Lo ve correr y después del Champion le pide que se vaya a administrar el Fundo Santa Elena y le enseñe a correr a su hijo Avelino Mora.

'Mi alumno salió harto bueno.  Fuimos grandes amigos.  Al principio le pasé a Avelino un caballito coipo,  y juntos corrimos en ese y otros caballos... tantos rodeos, Villarrica, Victoria, Lautaro, Freire, Pitrufquén, Carahue, Imperial, etcétera.  Obtuvimos tantos triunfos'.

El año 1949, la señora Praxedes le pide que acompañe a su hijo a correr a Rancagua donde se realizaría el Primer Champion de Champions de Chile.  Pepe Gutiérrez monta el 'Busca Boches' y Avelino Mora, la yegua 'Comadre'. El domingo al mediodía logran premiar.

En medio de los abrazos acepta gustoso acompañar a su amigo Ernesto Santos.  Se le dice que correrán el Bototo y la Chunga, que venían acollerados desde el sur y que ya estaban inscritos.

Al ir a ensillar, Julio Santos se niega a facilitar la Chunga, ya que ésta, junto al Bototo, había ganado rodeos en el Sur, por lo tanto, podrían participar al día siguiente en el Champion de los Champions de Chile.

Como Ernesto lo quería era correr, le pasa a su amigo Pepe Gutiérrez la yegua Vanidosa y, antes de entrar al apiñadero, le avisan al secretario del jurado el cambio de la collera, reemplazando la Chunga por la Vanidosa, pero éste en el apuro no toma nota, y como en ese entonces solamente se nombraba al dueño del Criadero de del Corral, o, en el mejor de los casos, a los jinetes, nadie se percata del error registrado en la planilla.

Corren el primer y segundo animal, de esta última serie, el día domingo desde las seis de la tarde hasta bien avanzada la noche.

Al día siguiente, temprano en la mañana, se corre el tercer y último animal de la serie, y Ernesto Santos y Pepe Gutiérrez premian el Bototo y la Vanidosa.

A las diez de la mañana se inicia el Champion del Rodeo de Rancagua, que ganan Ernesto Santos y Pepe Gutiérrez, lo que les da derecho a participar en la tarde de ese mismo día en el Primer Champion de los Champions de Chile.  Nadie se preocupa de rectificar la planilla.  La verdad es que el error pasa inadvertido, porque, como se ha dicho, no se nombraba a los caballos.

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